El nombre de Quevedo resuena con fuerza en el panorama musical desde 2022, momento en el que su hit junto al productor argentino Bizarrap, la BZRP Music Session Vol. 52 batió todos los récords globales, consolidando su nombre como uno de los artistas hispanos referenciales en el género urbano.
Una explosión de fama y éxito apoteósica que le llevaron a tomarse un descanso en el último año. Ahora, el artista canario regresa con un nuevo álbum, Buenas Noches. Este disco representa un giro en su sonido, marcando un paso más en la construcción de su identidad artística. Durante su reciente entrevista en el programa de radio española Hora 25 de la Cadena SER, Quevedo dejó claro que no reniega de su pasado, aunque reconoce sentirse algo saturado por el éxito masivo de la sesión con Bizarrap.
«Obviamente ahora mismo no es una canción que me pondría en los cascos», confesó cuando el periodista español Aimar Bretos le preguntó si estaba cansado del tema que lo catapultó al estrellato. Y cuando el presentador insistió: «¿La aborreces?», el cantante respondió con sinceridad: «La aborrezco, pero le tengo un montón de cariño. Es la canción que me cambió la vida. Me encanta y cantarla en directo siempre ha sido increíble. No rehuyo de mi pasado. Todos los pasos que he dado en mi carrera los recuerdo con alegría».
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Quevedo no es el primer artista, ni será el último, en sentirse sobreexpuesto por uno de sus grandes éxitos. Es inevitable que un hit global —sonando en conciertos, radios, plataformas de streaming, clubs— termine desgastando incluso al propio creador. Sin embargo, el joven intérprete maneja el tema sin dramas ni polémicas, demostrando la madurez que ha adquirido con los años.
Esa madurez, como él mismo reconoce, no llegó de manera sencilla: «El disco anterior, Donde quiero estar, representa otra etapa de mi carrera. Estaba aprendiendo mucho, pero también lidiando con cosas que ahora manejo mejor. Esto es lo que hace disfrutar: vivir el presente y disfrutar lo que está pasando. Es como decir: ‘Sí, soy artista, me gusta serlo, quiero serlo durante mucho tiempo. Aquí estoy yo, aquí está mi música'».
Aunque Quevedo disfruta de su éxito, también es consciente de las presiones que conlleva: «El miedo más grande que tengo es volverme loco. Intento cuidarme mucho, pero a nivel mental trato de ser consciente de lo que me pasa. No siempre lo consigo porque no soy perfecto, pero intento mantenerme bien y enfocado». Con esta perspectiva, aspira a dejar un legado significativo: «Espero escuchar este disco en 50 años y sentirme orgulloso. Es una huella que se queda para siempre y eso es muy importante».
A lo largo de su carrera, Quevedo ha cumplido varios sueños, como colaborar con ídolos de su adolescencia, entre ellos Myke Towers y Duki. Sin embargo, todavía hay metas pendientes: «Bad Bunny es un artista con el que espero colaborar algún día. He tenido la suerte de ser contemporáneo de músicos a los que escuchaba cuando era más joven». Para Quevedo, el camino recorrido hasta ahora ha valido la pena, gracias a su círculo cercano, que le brinda el apoyo necesario: «Sigo teniendo el mismo círculo de siempre. Siento que estoy muy bien acompañado en este camino. Pero sí es verdad que a veces estás a solas y se te cae el techo encima». Su fortaleza y autenticidad lo han convertido en un referente para jóvenes —y no tan jóvenes—, consolidando su lugar en la escena musical actual.
El artista canario sigue creciendo, tanto personal como profesionalmente, con la vista puesta en disfrutar el presente mientras construye un futuro que lo haga sentir orgulloso. Y con Buenas Noches, está claro que su música seguirá marcando generaciones.
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