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Brigitte Bardot en el set de "Les Femmes"

¿Quién era Brigitte Bardot? Ícono del cine francés marcado por la controversia

La actriz francesa, pionera de la liberación sexual en la pantalla, falleció a los 91 años

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Brigitte Bardot, ícono del cine francés, falleció el domingo 28 de diciembre del 2025, a los 91 años. Con su partida se va mucho más que una estrella de la pantalla; se va una figura que cambió por completo la representación de la mujer en el cine.

Antes de Bardot, las mujeres en el cine europeo eran representadas como elegantes, recatadas, casi diseñadas para el decoro. Después de ella, el cuerpo femenino dejó de ser un objeto pasivo para convertirse en algo lleno de voluntad, impulso y contradicción. Su irrupción no fue un proceso lento, sino un impacto directo que dejó huella.

Aunque participó en cerca de 50 películas, fueron solo unas pocas escenas las que la convirtieron en leyenda. El famoso baile descalzo en Y Dios creó a la mujer (1956) en Saint-Tropez, y su icónica escena en El desprecio (1963) de Jean-Luc Godard, donde enumera su cuerpo desnudo como si fuera un mapa personal, redefinieron para siempre el erotismo en el cine.

Lo curioso es que la crítica intelectual la entendió antes que la industria. Simone de Beauvoir la describió como la encarnación de la “libertad absoluta”, mientras que el público pronto confundió al personaje con la persona real.

Bardot eligió una vida de lucha moral, pero eso también la llevó al aislamiento, separándola de un mundo que alguna vez la celebró. Su legado, aunque marcado por la controversia, sigue siendo un símbolo de rebelión y transformación cultural en el cine.

¿Quién era Brigitte Bardot?

Brigitte Anne-Marie Bardot nació el 28 de septiembre de 1934 en París, en una familia estricta y católica. Su infancia estuvo marcada por disciplina severa, castigos físicos y una vigilancia constante. Durante la ocupación alemana, encontró refugio en el ballet, donde destacó desde los siete años y llegó al Conservatorio de París.

A los 15 años, buscaba desesperadamente “ser ella misma”. La oportunidad llegó cuando apareció en la portada de Elle, sorprendiendo a la Francia de posguerra con su estilo natural, su físico atlético y su cabello largo, muy distinto a las tendencias de la época. En poco tiempo, se convirtió en el rostro de la juventud francesa.

Su salto al cine

El cine la encontró gracias a Roger Vadim, quien primero la descubrió, luego la apoyó como mentor y, finalmente, se casó con ella. Él entendió el poder simbólico de Bardot, pero a un alto costo personal para ella. Su romance fue tan apasionado como problemático, y cuando sus padres intentaron separarlos, Bardot intentó suicidarse. Se casaron cuando ella tenía 18 años.

Con Y Dios creó a la mujer, Bardot se convirtió en una figura provocadora a nivel global. En EE. UU., su personaje fue visto como una amenaza moral, mientras que en Francia la llamaron “inmoral de pies a cabeza”. Bardot no hizo nada por desmentir esa imagen, y su vida sentimental fue tan observada como sus películas. Sus relaciones y su actitud indomable consolidaron su fama de mujer fuera de las normas.

En 1959, Brigitte Bardot se casó con el actor Jacques Charrier y tuvo a su único hijo, Nicolas. La maternidad fue traumática para ella; nunca ocultó su rechazo hacia el embarazo y el rol materno. Décadas después, su hijo la demandó por daños emocionales tras leer en su autobiografía que hubiera preferido “parir a un perrito”.

A pesar de ser la actriz mejor pagada de Francia y un ícono cultural, Bardot siempre se sintió incomprendida. “Casi siempre he tenido que desnudarme”, se quejaba. Jean-Luc Godard le dio la oportunidad de demostrar su capacidad dramática en El desprecio, pero su carrera posterior fue irregular. Hollywood y Europa no supieron cómo manejar a una mujer tan libre para los estándares del cine.

Un pronto retiro

En 1973, con apenas 39 años, Brigitte Bardot dejó definitivamente el cine. Vendió sus joyas y objetos personales para fundar la Fundación Brigitte Bardot, dedicada a la defensa de los animales.

Se hizo vegetariana y se convirtió en una activa defensora de los derechos de los animales, denunciando prácticas como la caza de focas en Canadá, el consumo de carne de caballo en Francia, y el trato a los osos en China. También financió programas de esterilización de perros callejeros en Europa del Este.

Su compromiso con la causa animal fue absoluto, pero con los años su discurso se tornó cada vez más radical. Sus críticas a las prácticas religiosas y a la inmigración se transformaron en declaraciones abiertamente racistas y homofóbicas, lo que la llevó a enfrentarse con la ley en varias ocasiones, siendo multada por incitación al odio racial.

Casada en sus últimos años con Bernard d’Ormale, vinculado a la extrema derecha francesa, Bardot vivió prácticamente recluida, lejos de los reflectores y rodeada de controversia. Así, su vida, como su final, estuvo marcada por la controversia, pero precisamente por eso, es inolvidable.

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