
Miss Universo 2025 ya tiene reina: Fátima Bosch, representante de México, quien fue coronada con una de las piezas más caras en la historia del certamen. Sin embargo, su victoria no ha estado exenta de polémica y controversias.
En noviembre de 2025, la 74ª edición del certamen Miss Universe, celebrada en Bangkok (Tailandia), dejó de ser solo una competencia de belleza para convertirse en un centro de acusaciones, renuncias y cuestionamientos sobre transparencia, poder y representación.
Uno de los momentos virales fue una ceremonia de presentación donde Bosch fue reprendida por el ejecutivo tailandés Nawat Itsaragrisil, quien la acusó de no cumplir con obligaciones promocionales. Durante el episodio —que se transmitió en directo y circuló en redes—, se le dijo que era “tonta” (“dumb”) y se pidió su salida.
Nawat Itsaragrisil, director of the MGI pageant, faces criticism after publicly reprimanding and asking security to remove Miss Mexico from sash ceremony in Thailand.
Several delegate walked out in solidarity with Fátima Bosch. pic.twitter.com/XttGvHgoKZ
— Pop Crave (@PopCrave) November 4, 2025
Bosch respondió que era una mujer con voz propia, y otras concursantes, e incluso la reina saliente, caminaron fuera del evento en solidaridad. Ese momento fue interpretado como un símbolo fuerte de que algo no estaba funcionando: poder, género, visibilidad, cultura de certamen…
A días de la final, el juez Omar Harfouch renunció al panel al denunciar que los ocho jueces oficiales fueron reducidos a simples “figuras simbólicas”. Según él, existió un “jurado improvisado” que ya había seleccionado los 30 finalistas sin que los jueces participaran.
Harfouch incluso afirmó que ciertos miembros formaban parte de ese comité previo con conflictos de interés. Y que al expresar sus dudas, recibió amenazas de cancelación. Por su parte, la organización (Miss Universe Organization) negó categóricamente las acusaciones y sostuvo que todos los procesos se llevaron conforme a protocolo.
Según reportó la BBC, poco después se sumó una baja más: el exfutbolista Claude Makélélé, también miembro del panel evaluador, anunció su retiro. La renuncia fue presentada oficialmente como resultado de “razones personales imprevistas”. Pero en el contexto de múltiples señalamientos y deserciones, el mensaje se leyó como parte del mismo terremoto institucional.
Además, las representantes de Costa de Marfil, Estonia y Noruega acusaron irregularidades en la conducción del certamen: votaciones poco claras, favoritismos internos y decisiones que —según ellas— ya estaban tomadas antes de la final. Todo esto puso bajo lupa la coronación de Fátima Bosch.
Olivia Yacé (Costa de Marfil) renunció días después de haber quedado entre las cinco finalistas y de recibir el título regional Miss Universo África & Oceanía. Su comunicado fue medido pero firme: mantener la banda iba contra sus principios. Habló de ética, respeto e igualdad; palabras que, en medio del caos mediático, no sonaron a discurso diplomático, sino a declaración política.
La respuesta de la organización no tardó. Raúl Rocha Cantú, presidente del certamen, justificó que Yacé no podía haber sido coronada Miss Universo debido a un factor logístico: 175 países le exigen visa, lo que —dijo— dificultaría cumplir con la agenda internacional. Para muchos, el argumento fue más inquietante que tranquilizador. ¿Desde cuándo la accesibilidad geopolítica pesa más en la balanza que el mérito, el carisma o el desempeño?
Mientras la conversación ardía, otra baja se sumó: Brigitta Schaback (Estonia) también renunció a su título. Su razón fue directa: no estaba dispuesta a defender públicamente una organización envuelta en polémica.
Posteriormente, Leonora Lysglimt-Rødland (Noruega) afirmó, en un live de Instagram, que el Top 10 estaba definido dos semanas antes del show. “¿Para qué competir si todo está decidido?”, preguntó frente a miles de espectadores.
Miss Noruega Leonora Lysglimt-Rødland, de 19 años, subio un video a su cuenta de Instagram para revelar que las concursantes sabian que ya estaba decido el top 10 quince dias antes y quien iba a ganar, eso las desmoralizo ‘¿para que competimos?’
***Sigue visitiendote de salmon pic.twitter.com/e6dQfLjPn9— Maz Digital Diario (@DiarioMaz80565) November 24, 2025
Finalmente, Fátima Bosch fue coronada Miss Universe 2025, convirtiéndose en la cuarta mexicana en llevarse el título. Sin embargo, su victoria quedó inevitablemente atravesada por la controversia: desde dudas sobre la transparencia del jurado hasta la tensión previa en torno a su participación.
Para la Miss Universe Organization, lo ocurrido es más que un capítulo incómodo: es una llamada de atención. La legitimidad —sobre todo ante una generación joven, crítica y muy conectada— ya no es un valor accesorio, sino el eje que sostiene la permanencia del certamen. Las participantes hoy no solo representan belleza y discurso; también evalúan a la plataforma que las proyecta.