‘Stripper’ es una canción sobre feminidad, deseo, poder y contradicción. Sevdaliza y Kenia OS reinterpretan la figura bíblica de María Magdalena, tradicionalmente vista como pecadora y marginada, para convertirla en un símbolo de autonomía, sensualidad y libertad emocional.
Desde el inicio, la letra juega con la dualidad entre lo sagrado y lo erótico. Sevdaliza canta desde el punto de vista de una mujer que es consciente del deseo que genera, pero que también controla la narrativa. No es una víctima del deseo masculino: ella lo provoca, lo observa y lo transforma en poder propio.
El verso de Kenia OS lleva esa idea al terreno contemporáneo —una mujer que disfruta del lujo, de su cuerpo y del control sobre su imagen, sin culpa. La stripper, en este contexto, no es un objeto de deseo, sino una figura que encarna la libertad de mostrarse y dominar su entorno.
La referencia a María Magdalena funciona como metáfora: ambas artistas la usan para reclamar el derecho de las mujeres a ser complejas, a mezclar sensualidad con espiritualidad, deseo con dignidad. No hay redención porque no hay pecado que redimir —solo una afirmación de poder.
Te veo, bebé, lanzando tu destino
en su regazo, ahora ve por ese dinero viejo.
El romance está muerto, consigue ese cheque, cheque.
Diamantes, clac, clac, mueve eso hacia atrás.
Eres mi sugar daddy, quiéreme, muérdeme, tómame.
Sé lo que sientes porque saboreas y tocas mi cereza.
Más frío, eres un salvaje, apego femenino.
Brillas, brillas — eres un ángel enviado del cielo.
Chico, ella es la que tú quieres, María Magdalena.
Chico, ella es la que tú necesitas, una escena perfecta.
María Magdalena, estás enamorado de una stripper.
Chico, ella es la que tú quieres, María Magdalena.
Chico, ella es la que tú necesitas, una escena perfecta.
Cinco, seis y siete, voy contando los billetes.
Viste de Margiela, y él es el que se somete.
Obsesionado, no te has curado de mí.
Motivado, lo tengo enviciado, baby.
Hipnotizado, malacostumbrado, ¿a que sí?
Bebé, si te enamoraste, ese es tu problema.
Le gusta la atención, pero más su orgullo.
Ella guarda el corazón, no quiere a ningún cabrón.
Y aunque sé que fantaseas con ser la excepción,
ya vi cómo la mirabas — su pelo tan liso, su cara.
Con ella nadie se compara; cuidado, que dispara.
Chico, soy la única, súper natural.
Chico, estás enganchado de mí, escena perfecta.
María Magdalena, enamorado de una stripper.
Chico, soy la única, súper natural.
Chico, estás enganchado de mí, escena perfecta.
María Magdalena, enamorado de una stripper.