
Bad Bunny y J Balvin, dos de los nombres más influyentes del reguetón, llevaban años distanciados. Sin entrar en detalles ni declaraciones directas, su relación había quedado marcada por el silencio y la ausencia de colaboraciones o apariciones conjuntas. Recientemente, comenzaron a surgir señales de una posible reconciliación, pero nada concreto… hasta ahora.
El reencuentro finalmente ocurrió como un auténtico regalo de Navidad, sobre el escenario. Durante el último concierto de Bad Bunny en México, como parte de su Debí Tirar Más Fotos World Tour, el puertorriqueño sorprendió al público al invitar a J Balvin a subir al escenario, generando uno de los momentos más comentados de la gira.
Ambos artistas interpretaron juntos algunos de sus temas más icónicos, como ‘La Canción’ y ‘Qué Pretendes’, provocando una reacción inmediata entre los asistentes y, horas después, en redes sociales. Más allá de la música, el momento dejó claro que las tensiones del pasado habían quedado atrás.
Bad Bunny and J Balvin performing “QUE PRETENDES” live tonight in Mexico City 🇲🇽 pic.twitter.com/aIStehTHir
— Access Bad Bunny (@AccessBadBunny) December 22, 2025
Balvin se dirigió al público con un mensaje directo y conciliador: “El pasado es pasado. Somos hombres y hemos madurado… te deseo lo mejor”. A lo que Benito respondió con la misma franqueza: “Si en algún momento falté en algo, ya me disculpé hace mucho tiempo”.
El gesto no solo cerró un capítulo que había generado especulación durante años, sino que también confirmó algo que muchos fans esperaban: cuando se trata de dos figuras clave del género, la reconciliación también se convierte en un evento cultural.
@los40spain ¡Histórico! 💥 Tras varios años distanciados, @Bad Bunny y @J Balvin se han reconciliado en México volviendo a cantar juntos sobre el escenario #LaCanción y dedicándose estas bonitas palabras 🥹🧡 Sin duda dos leyendas que han marcado el género urbano ✨ ¿Qué te parece? #badbunny #jbalvin #mexico #concierto ♬ sonido original – LOS40 SPAIN
El distanciamiento se hizo más evidente en 2021, cuando Balvin pidió públicamente boicotear los Latin Grammy, argumentando que el reguetón no recibía el reconocimiento que merecía por parte de la Academia. La postura abrió un debate dentro de la industria, pero también provocó una respuesta directa y muy dura de Residente, quien lo criticó en una sesión con Bizarrap, comparando su música con “comida rápida”.
8 minutos y 39 segundos le han bastado a Residente para sepultar a J Balvin. pic.twitter.com/7vLg4hM16f
— exabogado (@sologoalkeepers) March 4, 2022
En medio de esa polémica, Bad Bunny optó por una postura más medida. En entrevistas, dejó claro que no quería involucrarse de lleno en el conflicto, al que definió como “delicado”. Aun así, reconoció que Balvin tenía puntos válidos y coincidió en que el reguetón seguía siendo subestimado por ciertos espacios institucionales.
El verdadero punto de tensión llegó dos años después, cuando Benito pareció enviarle un mensaje directo a Balvin a través de la música. En la canción ‘Thunder y Lightning’, lanzó el verso: “Mientras ustedes son amigos de to’ el mundo como Balvin”. Para muchos, la línea no pasó desapercibida y fue interpretada como una crítica a la imagen pública del colombiano, sugiriendo relaciones más estratégicas que genuinas.
En entrevistas recientes, el colombiano ha hablado con una honestidad poco común sobre el periodo de tensión que vivió con Residente y Bunny. Lejos de justificar lo ocurrido, Balvin reconoció que el éxito y la fama influyeron directamente en su manera de actuar. Según explicó, el ego puede convertirse en una trampa silenciosa, especialmente cuando todo parece ir bien y no hay espacio para la autocrítica.
También dejó claro que ese proceso le permitió hacer una pausa y replantearse qué es lo que realmente importa. Ha dicho que sigue teniendo cariño por Residente y que observa con respeto y admiración el camino que ha recorrido Bad Bunny. Para él, identificar la envidia —aunque sea incómoda— fue clave para soltarla. Hoy asegura que su objetivo ya no es competir por ser el número uno, sino mantenerse fiel a su propio proceso.